El público terminó indignado con el partido (que fue una derrota 0-1 en el descuento) y con la temporada, pidiendo airadamente cambios en la plantilla y el cuerpo técnico. Las palabras de Djukic en su presentación devolvían la ilusión a un equipo y una afición que los últimos años caminaba entre la indiferencia, el pesimismo y el victimismo de la situación económica.