Aunque se pueda considerar que la suerte estuvo de su lado, es también evidente que obtuvo el máximo partido de esa ventaja. Aunque su mente había tenido que jugar libremente con algunos de los problemas de la navegación y la geografía, había demostrado que era posible cumplir literalmente con las instrucciones recibidas. Al anochecer de ese mismo día, De Surville echaba el ancla al sur de la península de Karikari en Doubtless Bay, bahía de la que Cook había pasado de largo una semana antes y que el francés llamó bahía de Lauriston, por Jean Law de Lauriston (1719 – 1797), nueva camiseta real madrid gobernador francés de Pondicherry en esos años y uno de los impulsores de la expedición de De Surville.