El escorbuto volvió a aparecer, aunque de forma leve y con solo tres personas afectadas. Cook aprovechó para realizar tareas de mantenimiento del barco como reforzar el cable del ancla principal y hacer reparaciones en los tres botes del barco además de recubrir con brea y carbonato de plomo las superficies de sus cascos para protegerlos del gusano teredo. Explica en su diario que a pesar de que, como el resto de la tripulación, comía chucrut constantemente y bebía una pinta de wort al día, sus encías se hincharon y aparecieron aftas en su boca.