El 8 de agosto de 1978, después del Mundial, se jugó el único Rayo-River Plate de la historia, camiseta real madrid a pesar de su hermanamiento. Acompañado por las directivas del club, su esposa y sus hijos, Messi se despidió entre lagrimas de los fans y del club de sus amores confirmando lo difícil que había sido tomar tal decisión y lo importante que era su historia con el Barça.