Se encontraban a unas 18 millas náuticas del cabo y a solo una milla y media de la costa cuando la meteorología cambió y una borrasca del oeste con fuertes vientos saco al Endeavour de su rumbo. Eso era una prueba más de que aquel promontorio tenía que ser el extremo norte de ese territorio. A esa distancia de la costa, detectaron una fuerte corriente marítima desde el oeste, lo que significaba que era poco probable que hubiera masas de tierra de consideración en la proximidad de Nueva Zelanda.